Acuerdos plenarios para conceder la distinción de Hijo Predilecto de San Miguel a Teófilo Bello Hernández y para que el CEIP San Miguel lleve el nombre de D.Oroncio Hernández Delgado
San Miguel de Abona celebraba recientemente una sesión plenaria donde se aprobaba de forma definitiva la concesión del título de Hijo Predilecto del municipio a D. Teófilo Bello Hernández y que el CEIP San Miguel lleve el nombre de D. Oroncio Hernández Delgado; propuestas presentadas por CC y PP respectivamente.
Así, el alcalde, Arturo González, ha querido destacar que se trata de “dos propuestas con las que se reconoce la labor y dedicación de ambos personajes para con el pueblo de San Miguel de Abona y a quienes tanto cariño y agradecimiento mostraron y siguen mostrando los sanmigueleros”.
Cabe destacar que Teófilo Bello, médico de profesión, además de agricultor, ganadero y escritor, ha dado siempre grandes muestras de amor a su pueblo natal, llevando con orgullo el nombre de San Miguel de Abona, mostrando una entrega total a la medicina y dejando huella de su profesionalidad hasta el punto de entender que la atención, la ayuda y el afecto desinteresados para con los demás eran sus herramientas de trabajo. “Una persona que ha caminado por la vida bajo un lema que siempre le caracterizó: cualquier día, a cualquier hora y con quien lo necesite”, apuntaba el mandatario sanmiguelero. Don Filo, como se le conoce popularmente, “ha dedicado además, maravillosos versos a este pueblo de medianías, los cuales aparecen recogidos en sus varias publicaciones”, explicaba González, quien le describe como “un vecino de vocación”.
En el caso de Oroncio Hernández, fallecido el pasado verano, se ha querido destacar a una persona que dedicó parte de su vida al rescate y difusión del folclore, pero en especial a una persona cuya máxima dedicación durante más de 30 años estuvo dirigida al CEIP San Miguel, donde trabajaba como conserje y “donde alumnado y profesorado fueron testigos de la constancia y dedicación de un hombre bueno”, destacaba el alcalde, añadiendo que “esta ha sido la característica principal de Oroncio, su nobleza ante la vida”. González recordaba cómo “su educación, su seriedad y las miles de anécdotas de quienes han estudiado o trabajado en este colegio siempre nos harán echar la vista atrás y encontrarnos con su recuerdo mientras se dibuja una sonrisa de añoranza en nuestros rostros”.